Tiene 58 años y había sido condenado a 10 de prisión en 2014. Como la sentencia no estaba firme, siguió en libertad pero incumplió las condiciones impuestas por la Justicia y fue detenido.
Un hombre de 58 años que en 2014 había sido condenado a 10 de prisión por violar a su hija en Miramar fue detenido en Mar del Plata.
El abusador se encontraba prófugo luego de incumplir las condiciones impuestas por la Justicia que, como la sentencia no estaba firme, no había ordenado su encarcelamiento inmediato.
Según pudo saber LA CAPITAL, el juicio en el que fue condenado el violador se realizó en la sala del Tribunal Oral Nº 2. Después de que fuera dictado el fallo, los magistrados exigieron al hombre que presentara un domicilio fijo y se presentara en Tribunales cada vez que le fuera requerido.
Sin embargo, tiempo después esas exigencias no se materializaron, por lo que pasó a ser considerado prófugo.
En ese marco, comenzó una búsqueda policial para hallar al abusador y personal de la comisaría quinta lo encontró ayer por la tarde en el barrio Cerrito Sur.
Una investigación que incluyó declaraciones testimoniales, relevamientos vecinales y otras pruebas le permitió a los uniformados dar con el prófugo en Lanzilotta al 3100, donde finalmente lo detuvieron.
Por orden del juez Diego Dandin, el violado fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Nº 15 de Batán, donde permanecerá alojado por el hecho caratulado “Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por haber sido cometido por ascendiente y por aprovechar la situación de convivencia preexistente”.
Indignación
Los hechos por los que el detenido fue condenado en 2014 había tenido como víctima a una de sus dos hijas, que entonces tenían 5 y 6 años.
Dos semanas después de conocida la condena, la Cámara de Apelaciones decidió que el hombre permaneciera en libertad hasta tanto el fallo estuviera firme, con la argumentación de que el imputado se presentó ante la Justicia cada vez que fue notificado y nunca hubo peligro de fuga.
No obstante, varios vecinos denunciaron lo vieron merodear la zona donde vivía su familia y esto trajo preocupación e indignación entre los miramarenses.
El caso, que fue investigado por la fiscal Ana Caro, se había conocido en 2010 cuando el acusado llevó a una de sus pequeñas hijas a una sala de primeros auxilios de Miramar, y el personal médico comprobó que tenía heridas de consideración. El hombre trató de disimular la situación aduciendo que la niña se había golpeado teoría que fue rápidamente descartada tras el examen de salud, donde se comprobó señales claras de un abuso sexual.